
CASCO ANTIGUO
Quatre Cantons

Quatre Cantons (Cuatro Esquinas) es la forma popular con que se conoce el cruce entre las dos principales vías del centro histórico de Benicarló: las calles Major y de Sant Joan. Y es que durante la Edad Media, desde aquí eran visibles las cuatro puertas que daban acceso a través de las murallas de la ciudad, ubicadas en los cuatro puntos cardinales: la del Grado o de la Mar, la de Càlig, la de Peñíscola y la de Vinaròs.
Anecdotari
En la calle que da al mar, en la pared de un edificio de grandes dimensiones, encontramos un escudo desgastado perteneciente a la familia de los Sans. Esta familia de la nobleza benicarlanda se unió en 1667 con los Leones de Valencia. Encima del dintel de la puerta, encontramos su escudo nobiliario tallado en piedra.
Y también, justo en la esquina frente al Edificio Gótico, tenemos el llamado Escudo de Patet, cuya presencia en Benicarló no está resuelta. Pero parece que podría relacionarse con Fray Ramon Patet, maestro de la Orden del Temple, quien sitió el castillo de Alcalá de Xivert tras la rendición de Burriana y la conquista de Peñíscola, los dos hitos en 1233. Los ramos podrían representar el nombre patronímico de Ramón y las aves, que podrían ser dos patos, se relacionarían con el apellido Patet.
Pero la anécdota más buena es esta. La calle Major de Benicarló formó parte del eje circulatorio de la Nacional 340 entre Valencia y Barcelona. Y por aquí pasó el convoy que, en mayo de 1938, durante la Guerra Civil, intentaba alejar del frente de Madrid un centenar de las obras más preciadas del Museo del Prado. Cuando la aviación nazi comenzó a lanzar bombas incendiarias sobre la capital, sitiada por las tropas franquistas, el gobierno de la Segunda República se apresuró a enviarlas a Valencia, nueva sede del gobierno. Desde aquí, las obras viajarían nuevamente hasta Barcelona, y después hasta Ginebra.
En el traslado entre Valencia y Barcelona, a su paso por Benicarló, algunas de estas obras se deterioraron. Bien conocido es el incidente que sufrieron en esta calle las obras “El dos de Mayo” o “La carga de los mamelucos” y “Los fusilamientos del tres de mayo” de Francisco de Goya. El camión que transportaba el lienzo rozó con un balcón dañado por el ataque de la artillería nacional y le cayó encima. El lienzo más afectado fue “La carga de los mamelucos”. Dado que las pinturas eran trasladadas en sus bastidores, en cajas de madera sin enrollar, la obra de Goya sufrió el impacto y se rompió en 18 fragmentos. En 2008, las zonas afectadas fueron restauradas.