El vino Carlón
El proceso de elaboración

Es el primer paso en la elaboración del vino, y obviamente la uva debe estar en el punto óptimo de maduración y con la cantidad adecuada de azúcares para la fermentación. Por este motivo, las variedades de vid del Carlón están separadas en diferentes fincas, para optimizar el proceso de la vendimia. Este proceso lleva detrás también un gran trabajo de mantenimiento del cultivo, haciendo todas las podas necesarias, espoleando o descabellando y sacando uvas para maximizar la calidad y airear el fruto, y aplicando los plaguicidas necesarios (en nuestro caso totalmente ecológico, con azufre). Del campo se lleva la uva a la bodega, donde comienza su procesamiento.
En este proceso es cuando obtenemos el zumo de la uva y lo dejamos en contacto con las pieles, que son las que le dan al vino todas sus propiedades (olores, colores, matices…), ya que el fruto en sí sólo es agua y azúcar. En este proceso se debe tener mucho cuidado de no pisar las semillas de la uva, ya que le pueden dar amargor al vino.
Ahora es cuando entran en juego las levaduras para convertir el azúcar en alcohol a través del proceso de fermentación. Antiguamente era un proceso muy costoso, ya que se debe calcular muy bien la temperatura del vino, dado que si la temperatura sube de los 30 ºC las levaduras mueren y nos dan como resultado un vino dulce. En el proceso de fermentación del vino Carlón se utilizan solamente levaduras naturales presentes en el terreno, y que quedan adheridas al fruto mediante una sustancia cerosa llamada pruina.
Habitualmente, tras la maceración las bodegas proceden al filtrado del vino para que no queden residuos sólidos. Nosotros no filtramos, sino que pasamos directamente al proceso de embotellado. Siempre se premia la calidad por encima de la cantidad.